Freedom Day

Bwuahaha! Me compadezco de todos aquellos que aún permanezcan en el horripilante mundo de los examenes. Hoy ha sido el día frontera que da paso a esa nueva era tan esperada caracterizada por la libertad, en la que me pasaré el día y noche de los próximos 2 meses, prácticando lo que viene a ser el tocamiento de la parte baja de la zona genital.

Por supuesto que nadie vaya a pensar que un día como este ha sido como un día cualquiera más. De hecho, creo que ha sido uno de los días más estresantes y a la vez más satisfactorios de mi vida. Un dia raro como ninguno.
Para empezar, tenía dos examenes: Percepción y Atención a las 9:00 (470 paginas del interesante y no por ello menos apasionante mundo del sistema visual y auditivo) y Sociologia a las 15:00 (Cambio climático, Globalización, bla bla bla. Para mí todo se podía deducir por logica). Cual ha sido mi sorpresa al despertarme demasiado descansado y observar que o el reloj se había adelantado por fuerzas sobrenaturales marcando de esta manera las 8:55, o mi móvil no había sonado porque el hijoputa de motorola que diseño los móviles, había sido tan cabrón de no dejar una batería de reserva para en caso de acabársele a alguien a mitad de noche le sonara igualmente al día siguiente. Todos sabemos cual de las dos cosas fue lo que pasó.
En fin, el caso esque el ver el reloj fue una sobreestimulación similar a la producida por un penetramiento anal con el poste de una farola, es decir, salté literalmente de la cama insultando a los de motorola (seguro que podían oirme) y a la vez metiéndome dentro del pantalón mientras mis manos (que en ese momento juraría haber tenido 3) se ocupaban de cubrir la parte de arriba. Total, que no se muy bien como fue, que aparecí yo en la calle corriendo como nunca, sin peinar, con una cartera llena de apuntes del examen del día anterior y un cepillo de dientes con su pertinente pasta (no me preguntéis por qué, fue un acto inconsciente ¬¬) además de un anorac que cargaba en la mano (todo de gran utilidad). Segundos después estaba yo literalmente en medio de la Avenida del Cid con las manos abiertas en cruz en plan "matarme" parando todo vehiculo que me pudiera llevar a la facultad. Suerte tuve que el primer coche que pasó resultó ser un taxi, el cual tuvo que derrapar para no atropellarme. Entré dentro de este, mire al taxista a los ojos, me saqué un billete de 20 € y le soborné: "Si me llevas a la facultad de psicología en menos de 10 minutos te doy los 20 €".Me arrepentí al instante. Se debrieron dar un cúmulo de casualidades tales como 1) el taxista en primer lugar debía ser un rata de cojones porque nada más ver el dinero se le iluminaron los ojos, 2) El tío debió pensar: "¿y si consigo llegar en 10 minutos?" y 3) el tío debía haber participado en alguna carrera de formula 1. Los tres factores se unieron para dar lugar a un taxi suicida que iba a 90 kilometros/hora por el centro de Valencia, totalmente indiferente al miedo, a través del cual yo pude ver en varias ocasiones la guadaña de la muerte demasiado cerca de mi ventana (en realidad más que una guadaña era un camión que paso pegado al coche, aunque al taxista no le importó demasiado; ¡estaban en juego 20 €!). El caso esque aparecí yo en la puerta de la facultad a las 9:09 agradeciéndole al taxista no haber cumplido ni una sola normal de seguridad vial, y dando gracias al mundo en general por haber llegado vivo ( no estoy exagerando, realmente tarde 15 minutos en salir de la cama y aparecer en la facultad). Por supuesto, aunque le agradecía mucho al taxista su justa labor, no le di los 20 € (era un incentivo, además uno es rata y ya bastante que le dejé 40 centimos de propina). Al final ante todo lo esperado, la profesora en cuestión me dejó entrar y conseguí hacer el examen en condiciones medianamente normales (3º fila :S).

Pero el día no acaba aquí, pues nada más salir de la clase ya tenía a todos mis compañeros hablando del examen y comprobando respuestas; un acto que ya se ha demostrado que solo puedo conducir a la amargura en general, pues siempre descubres preguntas que tienes mal y cada vez te convences más a través de cálculos objetivos de que tus esperanzas de aprobar son menos y menos probables. Pero lo que no esperaba, es que hablaran de cierto trabajo obligatorio de sociología que había que entregar antes del examen, que yo tenía sin imprimir EN EL ORDENADOR DE MI CASA. Total que tuve que volver a mi casa, coger el trabajo, llevarlo a una copisteria y volver a la facultad a tiempo casi justo para comer y hacer el examen de sociología. Une examen al que por cierto el profesor llegó MEDIA HORA TARDE bajo la siguiente excusa: "Esque no entiendo por qué ahora se ponen los examenes a las 3:00 si siempre se han puesto a las 3:30". Sin comentarios. Que decir del examen... Un examen que en caso de aprobar, se podría decir que no fue precisamente por méritos propios.

Pero bueno, las cosas como son; el día y el més en general han sido duros, pero al final he acabado relativamente bien, y además el día ha finalizado con la organización del viaje-desparrame a Barcelona que nos espera este fin de semana a alguno de los lectores y a mí, en el cual olvidaremos todo aquello que hayamos aprendido y nos pueda servir mínimamente de algo en nuestras futuras profesiones (que nunca ejerceremos por motivos de paro o perreria).
Por último, me remito al principio del post: "Todas mis compadecencias a aquellos que no hayan acabado con el més del sufrimiento".