domingo, 4 de marzo de 2007

Atrapada

El dolor inundó sus ojos y ya no pudo seguir conteniéndose. Era más que un mal moral o físico, era un sentimiento indescriptible. Finalmente la lágrima resbaló por su mejilla y cayó al suelo. Un grito invadió el silencio y se percató de lo sola que estaba, y cómo era de evidente ahora que podía escuchar su propio eco. El frío le cortaba la cara y empezó a temer que sus lágrimas murieran congeladas antes de encontrar el suelo, empezó a temer también que su vida careciera de sentido, y temió por último que nadie notara su ausencia.

Porque nadie, de hecho, le echaba en falta.

Se apoyó en la pared, tal vez esperando que esta le devolviera su abrazo. No fue así y su sollozo volvió a romper el monótono silbido del viento. Golpeó con rabia a su nueva amiga, y solo consiguió sangre en sus manos. Cálida, realmente lo único cálido que podría encontrar esa noche.

Intentó con todas sus fuerzas dar un paso atrás y salir de aquel callejón desierto, pero no pudo evitar dar una última patada y observar su mano sangrante, y al hacerlo tan solo consiguió mancharla también de lágrimas y percatarse de cuanto le dolía. Sonrió ante la perspectiva de que aquel dolor temporal eclipsara en parte el que sentía ella permanentemente; una macabra idea trepó hasta su cabeza y decidió seguir luchando contra el cemento. Durante varios minutos lo golpeó sin cesar y sólo se dio por satisfecha cuando tuvo que caer derrotada al suelo. Allí, sentada, jadeó primero y rió después. Sentía que no podía mover sus extremidades, y apenas podía vislumbrar una parte todavía sin manchar de rojo intenso. Se encontró malherida y rabiosa, pero era consciente de que no sería capaz de aguantar una tanda más contra su contrincante.

Siguió su risa durante un rato corto hasta que terminó por desvanecerse. Ahora ya no parecía tan contenta. Ahora encontraba de nuevo sus miedos, volvió aquel dolor indescriptible y se le sumaron más heridas. Ahora ya no podía escapar ni evitar pensar. Estaba atrapada en aquel callejón inhóspito, manchada de sangre y añadió a su lista de temores el morir allí sola, sintiendo que la vida no le había servido de nada. En aquel momento el temor desbordó la razón y deseó la muerte.

PS: NO soy yo la protagonista de esta historia, ni me identifico con ella. Es solo un intento desesperado de que Xipo pare de darme por culo para actualizar.

2 comentarios:

Joel dijo...

En serio, espero que no sea cierto que esta historia fue el resultado de un día que estabas cabreada y te dio por escribir, porque de ser así acojona xDD. Quitando eso, la verda esque está muy bien :D

PD: Mmh, ¿que te agobio para actualizar? Realmente debes haber estado muy agobiada, sobretodo si se tiene en cuenta que llevas casi 3 meses sin actualizar :P

Anónimo dijo...

Si bien espero que no se me tome en serio estas palbras,lo cierto es que me da igual que este cuento sea de relleno pero es que el argumento puede dar para muchas situacione,y en la que me he puesto yo,me ha llegado...si me gusta y punto.
Mejor pensado me gustaria que reconsideraras la opcion de hacerlo mas laro.xdd!!

he dicho!!!